El Club Social es un programa específico de ocio y tiempo libre que promueve la participación social y cultural de personas adultas con problemas de salud mental y/o de relaciones sociales. Está pensado como un puente hacia situaciones normalizadas de participación en la comunidad. Dentro de este marco, se desarrollan actividades muy variadas, propuestas por los y las propias participantes del Club Social. A grandes rasgos, se pueden agrupar por temática:

  • Salud y deporte: Como fútbol, baloncesto, piscina o rutas de senderismo. 
  • Nuevas tecnologías: Formaciones en Competencias Digitales.  
  • Culturales: Visitas a museos, excursiones y exposiciones. 
  • Expresivas y artísticas: Clases de baile, Taller de Radio y Taller de Manualidades.
  • Alimentación: Cultivamos un huerto y realizamos un taller de cocina en las instalaciones del CMI Ateneo de la Calzada.

Además, Club Social tiene su propia web y revista. Pero… ¿qué puede hacer una persona voluntaria en este programa? Para responder a esta pregunta, hemos entrevistado a un voluntario y antiguo participante, Pedro Martín.

Por empezar por el principio, ¿cómo te llamas y cuánto tiempo llevas vinculado a Mar De Niebla?

Me llamo Pedro Martín y entré a Mar de Niebla como participante entre el 2018 y el 2019, no recuerdo la fecha exacta.

¿Cómo le explicarías a alguien que no conoce Mar de Niebla ni el programa Club Social qué son?

Mar de Niebla es una fundación con multitud de proyectos de ámbito social, y uno de ellos es Club Social, que está creado para que las personas con enfermedad mental tengan un punto de encuentro donde poder conocer a otras personas en la misma situación y puedan ir progresando en su recuperación y que puedan tener una vida social plena.

¿Cómo comenzaste en Club Social?

Como participante. En ese momento de mi vida estaba pasándolo muy mal mental y físicamente, sin apoyo familiar, y fue el inicio de una nueva recuperación.

¿Cuándo y por qué te decidiste a dar el paso de participante a voluntario?

Ya llevo tiempo siendo voluntario en varios sitios desde que me acogieron en el albergue de Cano Mato, al que entré como acogido por problemas de alcohol y cuando no tenía apoyo familiar. Pasé mucho tiempo, como un mes, sin poder salir de allí, salvo a las citas médicas, a donde ibas con acompañante, y una de las promesas que yo le hice al director era que, si yo conseguía salir bien del proyecto, iba a volver como voluntario. Y eso fue lo que hice. Me dieron el alta terapéutica del proyecto y volví como voluntario, a encargarme yo de sacar a la gente a pasear. A partir de ahí hice más voluntariados en más sitios. Además, una cosa que me quedó de Proyecto es que ayudando a los demás te ayudas a ti mismo. Siendo voluntario cubro deficiencias que yo he tenido, entiendo que otras personas las puedan tener y, como yo no he tenido apoyo familiar, intento que otra persona no pase lo que pasé yo. Así que fue fácil tomar la decisión de hacer voluntariado en Club Social cuando surgió la oportunidad.

¿Qué es lo que haces como voluntario de Club Social?

Más o menos por lo que decidí ser voluntario más que participante es que, al ir avanzando en mi recuperación e ir consiguiendo cosas, me parecía oportuno devolver la ayuda que recibí, intentando ser un nexo entre la persona con enfermedad mental y los monitores del club, porque ni soy monitor ni soy un participante,  y me veo como si tuviera una pata en un sitio y una pata en el otro, y puedo ayudar a hacer una conexión y ayudar a la gente que entra nueva a integrarse en lo que es el Club Social.

Al llegar a la actividad intento hacer vida social con normalidad, que es una de las cosas buenas del Club Social, es un sitio donde te puedes expresar con normalidad, siendo tú mismo con tu enfermedad, la que sea, sin que nadie te juzgue. Entonces, intento que haya buen rollo, que no haya nadie especial, que no haya grupitos… y luego apoyo a las monitoras en lo que ellas consideren. Como es un proyecto, las monitoras lo llevan a cabo y, como voluntario, yo me veo como un asistente del proyecto. 

¿Cómo veías el voluntariado cuando eras participante y cómo lo ves ahora que eres voluntario? ¿En qué ha cambiado tu punto de vista?

Lo veía desde el punto de vista de estar enfermo y haber sido voluntario en otros sitios: quería intentar mejorar yo en la recuperación, era una de mis zanahorias para intentar mejorar. Sigo percibiendo al voluntario como lo que es, la pena es que el voluntariado no esté más extendido.

En un momento de mi vida pasada, acabé en Estados Unidos y allí hay un sentido de “comunidad” muy extendido en las áreas y está implantado el “yo participo en el área en la que resido, intento aportar algo a mi comunidad”, que en este caso, en la Calzada, sería un poco Mar De Niebla: una entidad comunitaria que, por desgracia, tiene que abarcar más de lo que es el barrio porque una de las deficiencias es que esto sólo está en la Calzada, no existe en otras zonas de Gijón y creo que ni se considera. Entonces, el sentido de comunidad sí lo veo aquí, en Mar De Niebla y en La Calzada. 

¿Qué crees que aporta el voluntariado en un proyecto como este?

Hombre, yo creo que es importante para la gente que tiene problemas mentales el poder relacionarse y hablar con alguien que no es otro participante, que es alguien que viene de fuera a pasar su tiempo aquí. Eso cuando estás como participante lo valoras mucho porque es una figura distinta a la de la monitora, entonces es un punto intermedio. 

¿Qué expectativas tenías cuando te decidiste a pasar a ser voluntario de una actividad donde eras participante?

La de dar apoyo apoyo al proyecto y la de “ayudando a los demás me ayudo a mí mismo”.

¿Se han cumplido tus expectativas?

Sí, porque tampoco me hacía voluntario con “aspiraciones de”, porque considero que como voluntario no tengo que tener aspiraciones de nada. Entonces sí, es donde vengo y estoy a gusto, y en mi caso es también no olvidarme de dónde he estado, de dónde vengo y lo que he hecho. Si lo miramos, es como un anclaje del sitio donde me ayudaron, donde pude progresar y yo quiero devolver un poco de eso.

¿Qué le dirías a alguien que está pensando en ser voluntario?

Lo primero es que encuentre el sitio donde se sienta bien y sienta que encaje y puede ayudar en eso. También le diría que lo que no puede pretender es ser director del proyecto, porque lo pone muy bien en el compromiso de voluntariado, que su labor es “el apoyo en un programa”, no dirigir el cotarro. 

¿Algo que te apetezca contarnos que se nos haya podido pasar?

Yo sé que puede chocar que en este proyecto en concreto se pase de participante a voluntario, pero ahí hay más gente como yo, que quiere ser agradecido devolviendo lo que recibieron.